Ocio

Dos críticos de cine (uno, además, director) aprovechan sus contactos y subsidios holandeses para meter una peli en el BAFICI. Adaptan una novela de Casas, le piden a Minimal que les haga la banda de sonido, a Santi Motorizado que actúe, llevan un par de cámaras a Boedo, ponen música de Spinetta y deciden hacer una película de “climas”. Con semejante acumulación de lugares comunes, todo parecía encaminarse hacia el éxito. Pero no. Aburrido, no más.