Premio compartido entre:

El hambre y las ganas de comer, de Pablo Ramos/Gabo Ferro

“Mucho remolino de sensaciones sobre una instrumentación mínima con el tenor insumiso acentuando las palabras destinadas a perdurar”, dicen en la última Inrockuptibles. Les creemos.

Espíritu Salvaje, de Onda Vaga

Fundación mítica entre la costa uruguaya y una terraza de Palermo, ethos CNBA, exotismo frívolo del latinoamericanismo berreta y concheto y unas letras bien boludas. Sin dudas la banda del año. Y encima la banca Fito Paéz, padrino de la derrota.